10 octubre 2017

San Manuel Bueno y Martir


De pronto descubrí el librito de Unamuno en una fila de clásicos.
La circunstancia de que un hombre vinculado a cierto cargo finja convicciones durante el desempeño de su función se me figura un asunto de actualidad, por no decir un asunto de siempre. A solas, delante del espejo, ¿cree el papa en Dios, el legislador en el beneficio social de sus leyes, el juez en la justicia de sus sentencias?

Si por alguien late su corazón es por los infortunados y desfavorecidos. Cuando hace falta, se remanga la sotana y echa una mano en las labores del campo. Confecciona juguetes para los niños, corta leña en invierno para los pobres, toca el tamboril en el baile. Pudo, pero no quiso, hacer carrera eclesiástica; prefirió, libre de ambición, ejercer su ministerio en una aldea. Todos estos pormenores narrativos componen una situación de equilibrio.
A decir verdad, el relato del cura descreído no pone en tela de juicio la validez de la religión, o al menos de sus efectos consoladores, si bien la lectura de San Manuel Bueno, mártir induce a concebir sospechas sobre la fiabilidad de cualesquiera intermediarios entre una comunidad religiosa y la divinidad.
¿Cuántos en la vida real predicarán la inmortalidad del alma sin creer en ella?

La tesis del cura es clara: la falta de fe acarrea la infelicidad; en consecuencia, es preferible que el pueblo crea cualquier cosa, aunque esta entrañe contradicción o engaño, a que no crea nada.

El colegial que fui, poco avezado al recelo, no podía imaginar que en la vida abundasen los hombres como don Manuel Bueno, militantes de esto y de lo otro, personas que en público se declaran partidarias de esta o la otra ideología, y en lo hondo de sí no creen una palabra de lo que dicen. Hoy abrigo pocas dudas al respecto.

Fernando Aramburu


CATALUÑA : Puigdemont   SÍ pero NO. Esperemos.
EXCELENTE LA ARRIMADAS.






8 comentarios:

  1. De lo mejorcito de Unamuno, muy aleccionador y, no es que esté de actualidad, es que pienso que siempre lo ha estado.

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    1. DON TRECCE
      Sí, coincido y apoyo de tu opinión sobre esa obra de Don Miguel.
      También yo creo que está de actualidad porque seguimos teniendo popes de todas las clases, políticas, religiosa, sociales, que nunca se han creído lo que predican.

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  2. Esa lección de inducción a la honestidad que da Unamuno es una joya. Y escrita con serenidad, sin partidismos religiosos ni antis ni pro.

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    1. DON ANDRES
      Tal como señala TRECCE es una de las mejores NIVOLAS de las que publicó don Miguel.

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  3. Los únicos políticos que se creen lo que dicen son los NACIONALISTAS. Porque viven de noveladas ideas y ajenos a toda realidad.

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    1. DON SANCHO
      Sí, en efecto los que de verdad se creen sus invenciones son los nacionalistas de todo color. Lo peor es que además suponen que sus seguidores también se las creen.

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  4. La sociedad exige promesas y felicidad eterna, pero no tiene que ver con la religion, sino con la naturaleza humana. ¿O es que Dios tiene que ver en las promesas del mana eterno de la socialdemocracia o la arcadia feliz de los comunistas?

    Peor aun, la politica supera a la religion en cuanto a fe necesaria y desprecio por el hombre, y es que ni la historia , ni la realidad palpable y medible ni nuestra experiencia personal por decadas, nos inmuniza como sociedad frente a las promesas y arcadias de los politicos.

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    1. SEÑOR OGRO.
      Cierto. Las promesas de todo tipo de profetas y embaucadores nada tienen que ver con religión alguna.
      Estoy de acuerdo en que los seguidores de ciertos nacionalismos son mucho más creyentes en esas ideas que los seguidores de muchas religiones. A Juangoikoa lo ven en sus lideres de cartón y madera.

      Por eso mismo hay tanto seguidor de HIRÓSCOPOS.

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